¿Cómo respondemos a la crisis de estos tiempos en Ucrania? Acts 29 Europa siempre ha deseado ver plantadas iglesias saludables en todo nuestro continente, incluso en Rusia, Bielorrusia y Ucrania. Hemos visitado todos estos países en los últimos cinco años, construyendo amistades y buscando una colaboración evangélica mutuamente enriquecedora.

Tenemos una iglesia Acts 29 en Chernihiv, cerca de la frontera rusa en el norte. Oleksandr Lyakhovyy (Sasha) es el pastor. Reemplazó a Conor McNamee, quien dirigió la plantación de la iglesia en sus primeros días. La comunicación ha sido irregular con Sasha, pero aquí hay un mensaje que recibí de él esta mañana: “Oren por nuestra ciudad. Estamos ubicados a 100 km de la frontera con Rusia. Pero las tropas ya han entrado en nuestra zona”.

¿Te imaginas? ¿Cómo pastoreas la iglesia cuando tu país está siendo invadido? ¿Cómo proteges a tu familia? ¿Qué nos informa el Evangelio sobre todo esto?

Luego de escribir esto, me llegó un mensaje de Conor:El Pastor Sasha se fue cuando los tanques empezaron a disparar. Iba a llevar a su familia a un lugar seguro y regresar. . . pero es posible que Sasha no pueda regresar pronto”.

Deja que todo eso penetre. Y luego pregúntese, ¿cuál podría ser su responsabilidad?

Esta no es una pregunta vaga para los países que comparten frontera con Ucrania. Hoy temprano, tuvimos una llamada con Tomas Henzel, quien dirige Acts 29 Europa Central y del Este, y algunos otros plantadores en esa región. Aquí hay un video de Bohuš, pastor de una iglesia de Acts 29 en Nitra, Eslovaquia, y su esposa, Natalia, que es ucraniana:

Llevar las cargas unos de otros es muy práctico para Bohuš y la iglesia en Nitra. Como lo escuchamos en el video, significa conducir hasta la frontera y recoger a los refugiados que huyen de la guerra y la muerte. Significa poner a sus hijos dos o tres en un dormitorio para recibir a otros niños. Para Vlad Oara, un pastor de Acts 29 en la vecina Rumania, significará alquilar alojamiento para ellos para que la afluencia masiva de personas no tenga que alojarse en campamentos superpoblados.

En Polonia, donde pastorea Tomek Otremba en Cieszyn, se prevén entre uno y tres millones de ucranianos que buscarán refugio en los próximos meses. Su denominación ya está preguntando cómo la gente puede ayudar a coordinar la ayuda; la gente ya se está inscribiendo para albergar a familias de refugiados.

Mientras reflexiono sobre estas cosas, me viene a la mente Apocalipsis 19. En este capítulo, vemos bellamente la soberanía de nuestro Dios, la responsabilidad de la humanidad y la esperanza del evangelio.

La soberanía de Dios

En primer lugar, la soberanía absoluta y suprema de Dios. El versículo seis describe la voz de la gran multitud clamando: “¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina”. Siempre. Completamente. Nada en esta horrible situación puede, ha, o escapa del control de la soberanía de Dios. Esto significa que, al final, Vladimir Putin responderá por sus crímenes. “¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos”.

Alabamos a Dios porque él tiene el control, porque juzgará con justicia y rectitud, porque nadie se saldrá con la suya. Los gobernantes de esta tierra piensan que pueden actuar con impunidad, pero Dios los hará responsables de todo lo que hagan. En particular, pienso en las formas en que la agresión militar de Rusia es una daga en el corazón de nuestros hermanos y hermanas rusos, ya que su élite política actúa y habla en su nombre en formas que ni desean ni aprueban.

La responsabilidad de la humanidad se ve en el juicio de Dios sobre sus malas acciones. Pero nuestra responsabilidad también se ve en el bien que debemos hacer en medio de pruebas y tribulaciones.

La responsabilidad de la humanidad

“6 Oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos, que decía: «¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. 7 Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, Porque las bodas del Cordero han llegado y Su esposa se ha preparado». 8 Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, Porque las acciones justas de los santos son el lino fino.” Apocalipsis 19:6-8

8 Adorarán a la bestia todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado. (Apo. 13:8) Pero sí distinguen a la Novia mientras se prepara para el Novio. Debemos caracterizarnos por nuestras obras justas mientras esperamos.

Para nuestros hermanos y hermanas en Rusia, esto tomará la forma de resistencia, de decirle la verdad al poder. Para nuestros hermanos y hermanas en Ucrania, sin duda tomará la forma de resistencia armada a veces, así como la acogida de refugiados y la confusión de los planes del invasor en otras ocasiones. Para aquellos de nosotros fuera del conflicto inmediato, nuestras obras justas serán contribuir financieramente a los esfuerzos de socorro, dar la bienvenida a los refugiados y orar y apoyar a las iglesias y líderes de iglesias en Ucrania como Sasha.

La esperanza del Evangelio

En última instancia, sin embargo, miramos más allá de estos eventos históricos a un momento en que todo estará bien y todo tipo de cosas estarán bien. ¡Se acercan las bodas del Cordero!

9 El ángel me dijo*: «Escribe: “Bienaventurados los que están invitados a la cena de las Bodas del Cordero”». También me dijo*: «Estas son palabras verdaderas de Dios». 10 Entonces caí a sus pies para adorarlo. Y me dijo*: «No hagas eso. Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía». (Apo. 19:9–10)

Será precedido inmediatamente por el regreso del Cordero mismo, sentado sobre un caballo blanco, que llevará el nombre de Fiel y Verdadero, viniendo en justicia para juzgar y hacer la guerra. Ese será el ajuste de cuentas final para todos, grandes y pequeños (v. 18).

Mientras tanto, miramos adelante con esperanza. Esperamos con anticipación porque somos bendecidos de ser invitados a la cena de las bodas del Cordero. Esperamos adorando. Y esperamos con el espíritu de profecía, es decir, con el testimonio audaz, intrépido y gozoso de Jesús. En Acts 29, esto significa particularmente que seguimos predicando el evangelio para que se planten iglesias y la gente conozca a Jesús, en todo el mundo, y especialmente, ahora mismo, en Rusia y Ucrania.